¿Tenés ese succionador divino en casa pero no sabés bien por dónde arrancar?
Lo mirás como diciendo “che, ¿esto cómo se usa?” Tranqui, que para eso estamos. Hoy te enseñamos paso a paso cómo sacarle TODO el jugo a este juguetito mágico que hace vibrar hasta el alma.
Estás por entrar a un universo de placer distinto. Este juguete se volvió uno de los favoritos en el mundo entero, y no es casualidad: su estímulo por pulsos de aire o vibración en el clítoris puede generar orgasmos intensos, rápidos o prolongados según cómo lo uses.

Pero ojo, no es mandarte de una y ya. Acá te armamos una guía bien completa. Desde la previa hasta el final. ¿Prontx? Vamos
La previa: prepará el terreno
Antes de agarrar el succionador, tomate unos minutos para entrar en clima. Crear un ambiente sensual no es solo algo de película, de verdad puede marcar la diferencia. Tu mente y tu cuerpo necesitan estar alineados para disfrutar de verdad.
Ideas para una buena previa:
- Poné música que te active. Puede ser algo sensual o algo que te haga sentir sexy. Una playlist tipo “Erotic Waves” en Spotify/ Youtube funciona joya.
- Prendé una vela aromática, apagá las luces y usá una lámpara o luz tenue.
- Hacete un baño caliente o una ducha con espuma para empezar a despertar los sentidos.
- Ponete una prenda que te haga sentir linda, aunque después te la saques.
- Mírate al espejo un ratito, tocate el cuerpo con suavidad y respirá lentamente.
Hacé ese momento 100% tuyo
Tus aliados infaltables: lubricante, espejo y más
Nunca subestimes el poder del lubricante, especialmente si es la primera vez que usás el succionador. El contacto con la silicona puede ser más placentero con unas gotitas de lubricante de base acuosa. Además, este intensifica las sensaciones, evita irritaciones y te da una sensación más “resbalosa” y húmeda que es súper excitante.
Otros aliados que suman:
- Espejo, para mirarte mientras jugás o para explorar tus reacciones. Puede ser re empoderante verte disfrutar.
- Una almohada, ponela debajo de tus caderas si estás acostada boca arriba. Eso eleva la pelvis y deja más accesible el clítoris.
- Sábana extra o toalla: por si sos muy sensible o multiorgásmica (sí, con este juguete pasa).
Arrancá tranqui: conocé tu ritmo
Aunque tengas mil ganas de sentir todo de una, lo mejor es ir de a poco. Encendé el succionador y probalo con la intensidad más bajita. Ponelo cerca del clítoris, sin presionar de entrada. Jugá con la distancia, movelo un poco, respirá... y cuando empiece a sentirse rico, ahí sí, ajustá a lo que tu cuerpo te pida.
Muchas personas dicen que los orgasmos con el succionador pueden llegar en segundos, pero si querés una experiencia más larga y profunda, controlá la intensidad. Cortá, volvé a empezar, cambiá de ritmo. El juguete puede ser turbo, pero vos elegís el ritmo.
No te quedes solo allí: expandí el juego
¿Y si lo usás en otras partes del cuerpo? El succionador no vibra como otros juguetes, sino que genera una sensación tipo "beso con aire", que puede ser deliciosa en otras zonas también.
Explorá. A veces la zona que menos te imaginás puede darte un fueguito inesperado que te hará pedir más y más.
Probá en:
- Pezones (¡muchas personas llegan al orgasmo solo con esa estimulación!)
- Parte interna de los muslos
- Cuello y nuca si te gusta lo suavecito
- Perineo (la zona entre el ano y los genitales).
Combinalo con tus manos o con tu pareja
El succionador es un golazo en solitario, pero también puede ser una bomba en pareja. Mientras vos lo usás, tu pareja puede besarte, acariciarte, jugar con tus pezones o estimular otras zonas.
Y si estás sola, ¡también podés combinarlo con tus propias manos! Agregá estimulación en los senos, meté un dedo o un vibrador, presioná zonas erógenas. Todo suma si te hace disfrutar.
Que tu pareja maneje el succionador mientras vos tenés los ojos vendados. Placer y sorpresa juntos.
Tiempo y conexión: sin presión
No pongas el foco 100% en llegar al orgasmo. A veces la presión arruina la experiencia. El succionador no es una máquina de terminar rápido (aunque pueda hacerlo), es una invitación a conectarte con tu cuerpo, a descubrir nuevas sensaciones.
Respirá, tomá pausas, disfrutá el recorrido. Cada intento es un aprendizaje. Y si no llegás a un clímax, no pasa nada. Si disfrutaste, ya ganaste.
Jugá con las posiciones
No te quedes siempre boca arriba. Cambiar de postura puede cambiar totalmente la sensación.
Probá esto:
- Sentada con las piernas abiertas, el control lo tenés total.
- En cuclillas o de pie frente al espejo, mirándote mientras te estimulás.
- Apoyada contra la cama o el sillón, en postura perrito pero usando el succionador delante.
- Acostada de lado, abrazando una almohada para relajarte y sentirte más contenida.
Movete, experimentá... sos vos y tu placer.
Estimulá la mente también
¿Sabías que el cerebro es el órgano sexual más poderoso? Activarlo te puede duplicar la intensidad del orgasmo.
Sumale un poco de fantasía al momento:
- Imaginá una escena hot (tipo fanfic en tu cabeza)
- Leé un relato erótico
- Escuchá un audio sensual
- Pensá en alguien que te prenda
Cuanto más se encienda la cabeza, más te va a responder el cuerpo.
Y ahora que ya tenés todas estas ideas... ¿qué te falta? Solo entregarte al momento.
El succionador puede ser tu mejor aliado en el placer. No hay una forma “correcta” de usarlo: hay miles de maneras y la tuya va a ser única. Animate a probar, explorá, repetí, jugá... y sobre todo, no te juzgues ni te apures.
Porque sí, podés tener el mejor succionador, el mejor ambiente y todos los tips del mundo, pero si no te das el permiso de relajarte y disfrutar, nada fluye. Este último punto es clave para que todo lo anterior tenga sentido.