Hay momentos en la cama que nos dejan pensando que algo no encaja...
Y sí, aunque nos conectemos profundamente con nuestra pareja y tengamos esa sensación de que estamos dando lo mejor en la intimidad, a veces aparecen roces o frustraciones que nos generan confusión. Y nos preguntamos: “Si estoy haciendo lo que le gusta, ¿por qué siento que algo no anda del todo bien?”
El sexo no significa lo mismo para todxs
Cada persona vive, siente y entiende el sexo de manera diferente, según su historia, sus emociones, sus expectativas y necesidades del momento. Por más que haya deseo, cariño y complicidad, lo que vos creés que le gusta a tu pareja no siempre coincide con lo que realmente disfruta o necesita.
Te has cuestionado si eso que creés que le gusta ¿realmente es lo que le gusta? O tal vez, en lugar de asumir, alguna vez lo confirmaron juntos, preguntándole directamente: “Esto, ¿te gusta de verdad?”
El sexo no es solo un acto físico: es un lenguaje emocional y relacional. Para alguien puede ser expresión de amor y cercanía; para otra persona, pura diversión o placer; para otrx, validación o sentirse deseadx. Todos estos significados son válidos, pero cuando no se comunican ni se comprenden, pueden aparecer malentendidos, frustraciones o peleas.
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¿Y si con mi pareja no tenemos el mismo significado?
Cuando aparece esta diferencia, muchas personas sienten miedo: “¿Y si nunca coincidimos? ¿Y si no estamos hechos el uno para el otro? ¿Y si esto significa que nuestra relación está mal?”
Pero la realidad es que tener significados distintos en torno al sexo no es una señal de fracaso, sino algo completamente normal. Venimos con historias, experiencias, necesidades y hasta momentos vitales diferentes. Es lógico que el sexo no despierte en vos exactamente lo mismo que en tu pareja.
💡La CLAVE está en reconocer que estas diferencias no son fallas de la relación ni del deseo, sino oportunidades para hablar, conocerse mejor y fortalecer la conexión íntima.
El desafío está en cómo manejamos esas diferencias. Porque no se trata de imponer (“el sexo tiene que ser esto”), ni de resignarse (“bueno, nunca vamos a coincidir”), sino de abrir un espacio de negociación amorosa y consciente.
Lo importante no es pensar igual, sino entenderse
Si para vos el sexo es una manera de sentir cercanía emocional, y para tu pareja es más bien diversión o descarga física, no significa que no puedan encontrarse. Significa que el punto de partida es distinto, pero el objetivo compartido puede ser el mismo: conectar, disfrutar, sentirse bien juntxs.
Transformar la diferencia en oportunidad
Tener visiones distintas puede ser incluso un motor de crecimiento para la pareja. Te invita a salir del piloto automático, a animarte a ver el sexo con otros ojos y a ampliar tus formas de disfrutar.
- Preguntar con genuino interés “¿Qué significa para vos cuando estamos en la cama?”
- Escuchar la respuesta sin juzgar ni minimizar.
- Compartir lo que vos sentís, aunque sea distinto.
Lo lindo es que, en lugar de separarlos, esas diferencias pueden transformarse en un puente. Un puente hacia experiencias nuevas, deseos que estaban escondidos y una intimidad más consciente, rica y auténtica.
Y acá viene lo importante: abrir un espacio real de diálogo con tu pareja. Porque no alcanza con suponer ni con intuir qué le gusta al otrx. Hace falta preguntar, escuchar y compartir. Y lejos de “matar la magia”, estas charlas lo que hacen es crear una intimidad más profunda, donde ambos se sienten libres y segurxs para expresarse.
¿Cómo hacerlo sin miedo y logrando que la conversación sea oro puro para la relación? Acá van unas bases simples pero poderosas para dar el primer paso👇🏽👇🏽
Bases para abrir la conversación
📍Elegí el momento correcto
Nada de charlar de esto justo después de una discusión o en plena previa al sexo. Buscá un momento tranquilo, donde ambos estén relajados, sin apuro ni distracciones. Una caminata, un café juntos o incluso en la cama después de mimarse puede ser ideal.
🙌🏼Hablá desde vos, no desde el reproche
En vez de decir “vos nunca hacés…” o “a vos no te importa…”, probá con “a mí me gustaría explorar más…” o “me excita cuando vos…”. Cambia totalmente el tono y evita que la otra persona se ponga a la defensiva.
😉Normalizá el tema
Hablar de sexo no tiene por qué ser incómodo. Podés arrancar con algo liviano como “el otro día leí algo que me dejó pensando, ¿qué significa el sexo para vos?”. Esa apertura lo vuelve natural y hasta divertido.
👂🏼Escuchá de verdad
Cuando tu pareja hable, tratá de no interrumpir ni anticipar la respuesta. Escuchar con atención (y sin juzgar) hace que la otra persona sienta confianza para seguir abriéndose. Para ayudarte, podés probar con preguntas que inviten a la apertura:
- ¿Qué significa para vos el sexo en una relación?
- ¿Hay algo que siempre hayas querido probar y todavía no lo hicimos?
- ¿Qué es lo que más te excita cuando estamos juntxs?
- ¿Hay algo que te gustaría que yo haga más seguido?
- ¿Qué cosas te hacen sentir más conectadx conmigo en la cama?
- ¿Recordás un momento íntimo nuestro que te haya encantado? ¿Qué lo hizo especial?
- ¿Hay algo que hacemos que no disfrutes tanto o que te gustaría que fuera distinto?
- ¿Qué fantasía o juego te gustaría que exploremos algun día?
- ¿Qué te hace sentir más deseado/a por mí?
- ¿Cómo te puedo hacer sentir más segurx y cómodx durante el sexo.
🗣️Compartí también tus miedos o inseguridades
Mostrarte vulnerable no te hace débil, te hace real. Podés decir “a veces me da miedo no estar haciéndolo bien” o “me cuesta preguntar esto, pero me importa”. Eso genera cercanía y empatía.
😜Sumale un toque de humor o picardía
No todo tiene que ser serio. Podés jugar un poco con preguntas divertidas: “Si el sexo fuera un plato de comida, ¿cuál sería para vos?”. El humor relaja y abre la puerta a charlas profundas sin que pesen.
🫂Agradecé y reconocé la apertura
Decir un simple “me encanta que podamos hablar de esto” refuerza la confianza y deja la puerta abierta para seguir charlando sin tabúes.
Hablar de lo que significa el sexo para cada unx no tiene por qué ser incómodo ni un drama. Al contrario: con el momento adecuado, preguntas abiertas, escucha atenta y la valentía de compartir lo propio, se convierte en una de las charlas más poderosas y sexys que podés tener con tu pareja.
El sexo no se trata solo de lo que pasa en la cama
Sino de cómo nos comunicamos, cómo nos escuchamos y cómo validamos las necesidades del otrx. Animarse a hablar de lo que nos gusta (y de lo que no) es darle un upgrade a la intimidad, porque abre la puerta a la confianza, la complicidad y el deseo compartido.
Cuando aparecen diferencias en lo que significa el sexo para cada persona, no hay que vivirlo como un obstáculo, sino como una oportunidad para crecer juntxs. Cada conversación es una chance de descubrir un mundo nuevo en el cuerpo y en la mente de tu pareja.
Así que la próxima vez que sientas que “algo no encaja” en la intimidad, en lugar de guardártelo o asumir, animate a preguntar, a escuchar y a compartir. Porque la verdadera química no está solo en la piel: está en la conexión que construyen cuando se animan a hablar con el corazón abierto y la mente curiosa.